miércoles, 24 de febrero de 2010

Cadáver exquisito II

A pedido especial de Marta, aquí va un nuevo cadáver exquisito. Esta vez, la consigna será más acotada. Cada uno debe comenzar su frase con la última letra de la frase del participante anterior. Ejemplo: El otro día, camino del metro/observé que un hombre me seguía/Al principio, pensé que eran alucinaciones mías/Sin embargo, comprobé, angustiada/al momento de llegar al andén, que...

Recordad que es importante copiar las intervenciones anteriores, agregar la propia, y respetar los signos de puntuación. Como siempre, se puede intervenir más de una vez.
Bueno, comienzo entonces, con la primera frase:

Regresó a su casa, donde no lo esparaba nadie.

Cuando ruge la marabunta


De la mano de Eleanor Parker y Charlton Heston queda oficialmente inaugurado este espacio para vuestras creaciones. A partir de hoy, rugirá la marabunta de textos. Con lo producido en las sesiones de los viernes (que de todo hay, y muy bueno) y con todo lo que apetezca publicar.

La técnica es un poco rústica, sabéis que soy neófita en esto , pero ya veremos si se puede mejorar con la práctica (vaya ristra de esdrújulas acabo de soltar!!) Consiste, de momento, en enviarme el material al correo para que yo lo edite y publique en el espacio de cada uno/a. Por supuesto todos/as pueden comentar todos los trabajos de los demás, y eso es precisamente lo interesante del asunto.

Enhorabuena, pues, el espacio queda abierto. ¡Que ruja la marabunta!

domingo, 21 de febrero de 2010

Microrrelato: ser o no ser (para seguir debatiendo)

Microrrelato, ficción súbita, mini-cuentos, mini-ficción, historias mínimas, cuentos- relámpago: desde su propia denominación, este género ya nos está presentando dos de sus características fundamentales: su brevedad y su carácter narrativo.

Juan Armando Epple, excelente autor de hiperbreves, define este punto con claridad: “lo que distingue a estos textos como relato es la existencia de una situación narrativa única, formulada en un espacio imaginario y en su decurso temporal, aunque algunos elementos de esta tríada (acción, espacio, tiempo), estén simplemente sugeridos.” En resumen y simplificando: un microrrelato tiene que narrar algo, sea implícita o explícitamente.

En este sentido, el teórico David Lagmanovich, autor de diversos estudios críticos sobre el microrrelato y uno de los mayores investigadores del género en la actualidad, plantea algunas objeciones sobre uno de los textos trabajados en el taller. En palabras del crítico:

“ ‘¡Sorpresa! La primera mañana después de mi muerte’, de José Costa Santiago, es claramente objetable.
¿Un relato donde nada se relata, puesto que no existe forma verbal alguna que tome a su cargo la exposición del desarrollo de una acción? Cualquiera puede enhebrar unas cuantas formas nominales y dejarlas sobre el papel; pero, por mucho que las formas cambien, lo que el lector espera es -palabra más, palabra menos- lo que recibía como cuento el oyente de antaño: ‘Había una vez una viejecita que vivía en medio de un bosque…’
No es broma: es que hay que distinguir entre un relato y aquello que no lo es. Se puede innovar, pero no a costa de la narratividad”.

Coincide con Lagmanovich la catedrática de Literatura y Medios Audiovisuales de la Universidad de Sevilla Virginia Guarinos:

“El microrrelato es un relato vertiginoso. Aforismos, haikus, máximas y greguerías quedarían fuera […] por no conllevar ficción. Pero ¿es sólo el contenido ficcional lo que debiera marcar la diferencia entre microtexto y microrrelato? Y, aún siendo ficcionales, ¿hay verdadero relato en ‘Es fácil juntar de nuevo a los Beatles. Sólo se necesitan tres balazos’ o en ‘La primera mañana después de mi muerte’ o únicamente descripción de situaciones?”

Final perfecto final

Volviendo un poco a lo trabajado el viernes: he aquí un ejemplo estupendo de microrrelato con final regresivo (o de cómo experimentar/retorcer/exprimir al máximo la materia prima de las palabras):


Fin

El profesor Jones había trabajado en la Teoría del tiempo por muchos años.
“Encontré la ecuación clave”, le dijo a su hija, “el tiempo es un campo. Yo inventé esta máquina que puede manipular, incluso invertir, ese campo”.
Presionando un botón mientras hablaba, dijo: “Esto debería hacerlo retroceder hacerlo debería esto”, dijo, hablaba mientras botón un presionando. “Campo ese, invertir incluso, manipular puede que máquina esta inventé yo. Campos es un tiempo el”. Hija su a dijo, “clave ecuación la encontré”. Años muchos por tiempo del Teoría la en trabajado había Jones profesor el fin.

Frederic Brown (Antología del cuento breve y oculto, Brasca y Chitarroni, 2001).


La propuesta lúdica de hoy tiene que ver con esto: servirnos de las palabras (perras negras, diría Cortázar) en tanto jauría domesticable que nos permita crear nuevos significados. Textos para leer, pero también para mirar. ¿Recordáis los "Cazadores de palabras" del decálogo de Ana María Shua? Se trata de jugar con la palabra en sí, con los signos de puntuación, hasta con la tipografía, si se quiere.
Jugar y experimentar, nada + ni nada -.

domingo, 14 de febrero de 2010

A propósito del carnaval

Y de los títulos y comienzos que trabajamos la última reunión (y a propósito también de los finales, que trabajaremos la próxima) aquí va la propuesta de juego/trabajo de hoy. Se trata de acabar este microrrelato de Julia Otxoa. Como véis, el título y la primera frase sirven ya de presentación condensada de agentes y espacio, e invitan a múltiples finales posibles. Y nada más: lentejuelas, purpurina y a gozar del carnaval!!!!!



Tienda de bromas
Julia Otxoa

Ante mi asombro ya que para nada estábamos en carnaval, aquel hombre alto y flaco vestido de negro con cara de funeral, entró en la famosa tienda de bromas " El rey de las fiestas"

domingo, 7 de febrero de 2010

Micrometraje "El microrrelato"

He aquí el corto que el viernes vimos y escuchamos con la mejor de nuestras intenciones. Ay, la tecnología! Va de nuevo, por si alguien quiere repetir

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Dodecálogo de un cuentista (I) Andrés Neuman

1. Contar un cuento es saber guardar un secreto.
2. Aunque hablen en pretérito, los cuentos suceden siempre "ahora". No hay tiempo para más ni falta que hace.
3. El excesivo desarrollo de la acción es la anemia del cuento, o su muerte por asfixia.
4. En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, paradójicamente, si es demasiado brillante se olvida pronto.
5. Los personajes no se presentan: actúan.
6. La atmósfera puede ser lo más memorable del argumento. La mirada, el personaje principal.
7. El lirismo contenido produce magia. El lirismo sin frenos, trucos.
8. La voz del narrador tiene tanta importancia que no debe escucharse demasiado.
9. Corregir: reducir.
10. El talento es el ritmo. Los problemas más sutiles empiezan en la puntuación.
11. En el cuento, un minuto puede ser eterno y la eternidad caber en un minuto.
12. Narrar es seducir: jamás satisfagas del todo la curiosidad del lector.

Textos segunda reunión

El iluso y los incrédulos


Hace calor. En el bar un grupo de hombres miran sin mirar los polvorientos rayos de luz que se filtran a través de la persiana.

- Puedo caminar por esos rayos- dice el iluso.

Los hombres se ríen y hacen apuestas. El iluso se trepa a uno de los rayos de luz, intenta dar un paso, tambalea y se cae. Los incrédulos cobran sus apuestas.

Ana María Shua

(En Botánica del caos, Edit. Sudamericana, Buenos Aires, 2000)

Novela de terror


Se despertó recién afeitado.

Andrés Neuman

(En Alumbramiento, Edit. Páginas de Espuma, Madrid, 2006)


Toda una vida


Lo vio pasar en un vagón de metro y supo que era el hombre de su vida. Imaginó hablar, cenar, ir al cine, yacer, vivir con él. Dejó de interesarle.

Beatriz Pérez Moreno

(En Por favor sea breve, Antología de relatos hiperbreves, Edic. de Clara Obligado, Editorial Páginas de Espuma, Madrid, 2001)


El viajero


El viajero no acababa de llegar. Sus familiares le esperaban nerviosos. No se explicaban su tardanza. Se habían gastado una buena suma de dinero en la compra de aquella trampa y en adornarla con aquel pedazo de queso de la mejor calidad.

Julia Otxoa

(En Kískili-Káskala, Edit. Vosa, Madrid, 1994)


Génesis III


Aquella mañana empezamos a ver las cosas más claras: la complejidad del Universo, la evolución de los seres vivos, que sobre un punto de apoyo se podría levantar el planeta, que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol, y no al contrario y, sobre todo, intuimos que la existencia es un misterio indescifrable.

No habían pasado ni dos horas cuando llegó el guardia con la carta de desahucio: el casero había conseguido echarnos a la calle. Nos vinimos a este lugar tan feo, tuvimos hijos; del resto saben ustedes mucho más que nosotros. El caso es que aquella mañana, en el desayuno, habíamos compartido una manzan.

(En La glorieta de los fugitivos, Edit. Páginas de Espuma, Madrid, 2007)


Día de difuntos

Cuando llegué al tanatorio, encontré a mi madre enlutada en las escaleras.
-Pero mamá, tú estás muerta.
-Tú también, mi niño.
Y nos abrazamos desconsolados.

Fernando Iwasaki

( En Ajuar funerario, Edit. Páginas de Espuma, Madrid, 2004)


Sobre velocidad


¿Relatos vertiginosos, ficciones súbitas, cuentos fugitivos? De acuerdo, pero el buen microrrelato debe moverse con mucha rapidez mientras permanece inmóvil.

José María Merino

(En La glorieta de los fugitivos, Edit. Páginas de Espuma, Madrid, 2007)

sábado, 6 de febrero de 2010

El cadáver de la hormiga

Pues aquí comienza el cadáver exquisito de La mano de la hormiga.

Yo escribiré la primera frase y vosotros/vosotras continuáis la historia. Se trata de que cada participante copie la frase del anterior, agregue la propia y la suba como comentario. Y así sucesivamente, cada uno suma su frase a las anteriores, y el relato irá creciendo colectivamente (once + 1: vosotros y yo). Se puede intervenir más de una vez, si se desea, en un diálogo lúdico y libre. ¿Quién pone el punto final? Recordad el relato de Monterroso: dejemos fluir el relato que ya el final llegará solo.

Como el juego de La Telaraña, esto se construye entre todos (y aquí repito las palabras de nuestra compañera Luisa): "¡no soltéis la cuerda!".

[Mi primera frase va como comentario]

Cadáver exquisito

Por “cadáver exquisito” se entiende el juego o proyecto colaborativo que involucra a dos o más participantes y que consiste en ir dando cuerpo a un material común –ya sea gráfico o literario-, de forma lineal y sucesiva, partiendo de una palabra, frase, párrafo, texto aleatorio, trazo o bosquejo, que el siguiente participante debe enriquecer con un aporte propio, conociendo únicamente los aportes preliminares.
El juego fue creado y popularizado –a partir de un antiguo entretenimiento de salón- por los miembros de la corriente surrealista a principios del siglo XX y recibe este nombre porque la primera frase del "juego piloto" fue Le cadavre exquis boira le vin nouveau ("el cadáver exquisito beberá el vino joven").

Los teóricos y asiduos al juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Eluard, André Bretón y Tristán Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática. De hecho, muchos de estos ejercicios se llevaron a cabo bajo la influencia de sustancias que inducían estados de semiinconsciencia o durante experiencias hipnóticas.

Neruda y Lorca los llamaron 'poemas al alimón'; Nicanor Parra y Huidobro, 'quebrantahuesos'.

¿Reglas? Las mínimas: El cadáver exquisito debe realizarse como acto lúdico, sin presiones de estilo ni de coherencia de significado.
En el cadáver exquisito, lo accidental, lo aleatorio y lo intuitivo desempeñan un papel importante.
Debe mantener, en lo posible, carácter de experimento de principio a fin.
Un cadáver exquisito es una máquina de hallazgos compartidos, una llave para abrir los imaginarios.


[Info: Elfloridobyte y Wikipedia]