martes, 6 de julio de 2010

Serial killers I

A la Cooperativa Breve últimamente se le da por hacer cosas. Tertulias literarias en la penumbra de algún bar, tardes de terraza, cenas orientales y batidos de cangrejo. Pero sea lo que sea que hagamos, por variopintas que resulten las actividades, siempre acabamos dejando un tendal de cadáveres a nuestro paso. Exquisitos cadáveres.

Vaya aquí una muestra de cierta fresca noche cooperativa. Centro de operaciones: Barceloneta.

Esa mañana, en cuanto abrió los ojos, descubrió que le esperaba un día de indecisiones.
Por eso cogió una moneda y decidió jugarse el destino a cara o cruz.
No me resistí a intentarlo, esta vez sería mi día, porque así lo decía el casette de autoayuda que mi madre me había regalado las navidades pasadas.
Todos pensaron que estaba un poco loca por llevar ese abrigo en agosto. Así que la desnudó poco a poco mientras de fondo sonaba "es una lata...".
Decidió ponerse los zapatos de fiesta y, sin pensarlo dos veces, se acercó hasta la barra del bar. Pidió un whisly doble. Se lo bebió de un trago, dando el día por finalizado.


[Creación colectiva de la entonces flamante Cooperativa Breve, 18 de julio de 2010]

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