Gente del Taller, he aquí nuestro juego de la semana. Para distendernos un poco y auto-reírnos, a propósito de nuestra reciente experiencia frente al micrófono, propongo un nuevo Cadrave Exquis. Comienzo con la primera frase y continuamos la historia entre todos, copiando la intervención del participante anterior y agregando la nuestra para seguir el relato. Se puede participar más de una vez. Si hay alguna duda con la técnica, podéis consultar las entradas "Cadáver exquisito" y "El cadáver de la hormiga", en este mismo blog.
Comienzo, pues:
Cuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado.
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oidos necios, palabras sordas -penso
ResponderEliminarLa humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarCuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado. Oídos necios, palabras sordas -pensó. La humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarPero lo justo se desoye y las necedades acostumbran a ganar las partidas.
Cuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado. Oídos necios, palabras sordas -pensó. La humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarPero lo justo se desoye y las necedades acostumbran a ganar las partidas. Las grandes ideas son cosa de otro tiempo, ya lo decía Joseph Goebbels, "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad"
Cuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado. Oídos necios, palabras sordas -pensó. La humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarPero lo justo se desoye y las necedades acostumbran a ganar las partidas. Las grandes ideas son cosa de otro tiempo, ya lo decía Joseph Goebbels, "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" . ¿Verdades como puños o puños para conseguir verdades?.
Cuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado. Oídos necios, palabras sordas -pensó. La humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarPero lo justo se desoye y las necedades acostumbran a ganar las partidas. Las grandes ideas son cosa de otro tiempo, ya lo decía Joseph Goebbels, "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" . ¿Verdades como puños o puños para conseguir verdades?.
Probablemente, aquel era su castigo por ser un gran farsante, un tejedor de mentiras cada vez más frágiles.
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ResponderEliminarCuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado. Oídos necios, palabras sordas -pensó. La humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarPero lo justo se desoye y las necedades acostumbran a ganar las partidas. Las grandes ideas son cosa de otro tiempo, ya lo decía Joseph Goebbels, "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" . ¿Verdades como puños o puños para conseguir verdades?.
Probablemente, aquel era su castigo por ser un gran farsante, un tejedor de mentiras cada vez más frágiles. Y pensó en las mariposas que se mecían al viento en la Plaça dels Llibres Imaginats, expuestas a la vista de todos.
Cuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado. Oídos necios, palabras sordas -pensó. La humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarPero lo justo se desoye y las necedades acostumbran a ganar las partidas. Las grandes ideas son cosa de otro tiempo, ya lo decía Joseph Goebbels, "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" . ¿Verdades como puños o puños para conseguir verdades?.
Probablemente, aquel era su castigo por ser un gran farsante, un tejedor de mentiras cada vez más frágiles. Y pensó en las mariposas que se mecían al viento en la Plaça dels Llibres Imaginats, expuestas a la vista de todos. Le recordaban a alguien. Alguien que no quería reconocer que recordaba. Una mariposa en toda regla que seguía volando libre.
Cuando acabó, emocionado, su discurso, descubrió que nadie lo había escuchado. Oídos necios, palabras sordas -pensó. La humanidad necesita urgentemente una audiometría y ¡debería entrar por la Seguridad Social!
ResponderEliminarPero lo justo se desoye y las necedades acostumbran a ganar las partidas. Las grandes ideas son cosa de otro tiempo, ya lo decía Joseph Goebbels, "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" . ¿Verdades como puños o puños para conseguir verdades?.
Probablemente, aquel era su castigo por ser un gran farsante, un tejedor de mentiras cada vez más frágiles. Y pensó en las mariposas que se mecían al viento en la Plaça dels Llibres Imaginats, expuestas a la vista de todos. Le recordaban a alguien. Alguien que no quería reconocer que recordaba. Una mariposa en toda regla que seguía volando libre.
Pero bien sabía que eso era sólo una metáfora, y que allí no había mariposas ni libertades, sino tan solo un recuerdo que le carcomía el alma.